La princesa que aún creía en los cuentos de hadas
Y cuando más esperas de alguien, más dura es la caída cuando se va….
Un día después de besar a tantas barbas rojas enmascarados de príncipes,
vuelves a encontrar a otro príncipe, crees que todo será perfecto y vivirán felices
para siempre en su castillo, hasta que te das cuenta de que ese príncipe trae
consigo un pasado que lo atormenta y una vida en otro reino muy muy lejano.
La vida no es perfecta, pues creer que has encontrado al amor de tu
vida a tan corta edad es un error que la mayoría puede cometer, pero ¿qué pasa
cuando lo cometes una y otra y otra vez?
Llegas al punto de ya no creerlo tan fácil, o eso esperas, pero no
sucede, sigues creyendo que la persona que conociste y te llena de felicidad será
la indicada y tampoco estas en lo correcto.
Te sientes decepcionada, una y mil veces, no por ellos sino por ti, a
pesar de todas las veces que te han lastimado sigues sin entender que príncipe que
se aleja es que en verdad no quiere que seas su princesa.
Hasta ellos mismos te han dejado de hacer promesas, saben que no las cumplirán,
así si algo mal, sale ellos no tendrán la culpa, advertida fuiste y la historia
no fue escrita con la intensión de que tu vida sea fácil, feliz y duradera.
Ni siquiera le ves el sentido, ya no sabes quién eres, has perdido eso
de nuevo y lo peor de todo es que lo pierdes cada que un príncipe se va.
Te juzgas a ti misma por permitirles llevarse todo con ellos, lo que eras,
lo que representabas, por darles la entrada a piratas disfrazados que lo único que
buscaban era el tesoro detrás de esos ojos que tanto adoraban.
Llega un punto en el que te sientes sola, esta vez es peor porque
estas rodeada de personas, no eres feliz esperando a que el príncipe encantado
vuelva de su reino muy muy lejano por ti.
Sabes que la felicidad la tienes cuando te dan: seguridad, estabilidad
y confianza, pero eso es algo que el príncipe no estuvo dispuesto a pagar, ¿Quién
va a desperdiciar sus mejores años en una princesa de un reino tan lejano?
Él encontrará diferentes princesas que tal vez no sean como tú y no le
den el cariño que tú misma le das, pero tienen una ventaja sobre ti, si, están cerca
de él, pueden al menos verlo una vez, mientras tú, tienes que conformarte con
una simple carta.
Te culpas a ti misma por hacerte ilusiones, sabes que él puso las
reglas del juego, sabes que es lo que él quiere, no te promete nada.
Te sientes más triste aún porque sabes que lo único que querías de ese
príncipe era una verdadera historia de amor, como la que él te contó que uno de
sus hermanos vivió.
Sólo querías a alguien que, con valentía y honor, gritara al mundo que
estaba dispuesto a cruzar los mares del tiempo por ti, así le costara toda una
vida, él seria valiente hasta volverte a ver.
¿Y ahora qué? El vivieron felices sólo te duró 2 meses princesita
tonta, el príncipe regresó a casa y se olvidó de ti, de lo que sentía, volvió a
ser el mismo príncipe que fue antes de llegar a tu reino, encontró a su ex
princesa y ahora ella le da al menos platicas más amenas que tú, ella tal vez
no lo valoré, pero eso tal vez tampoco le importe al príncipe porque en el
fondo tal vez ella si es la princesa de su vida, todo encajaría perfecto: viven
en el mismo reino, participan en la misma comunidad, se conocen desde hace años
y la parte más importante ella puede
verlo cuando ella quiera y él irá, a ella no le interesa ya tu nombre, lo
ha olvidado; igualmente no importa si no fuese ella, sería cualquier otra
princesa casadera del reino de tu tan soñado príncipe.
Deja de enviarle cartas de amor, él está evitando a toda costa volver
a su vida en tu reino, no le interesa más, está feliz en su reino, no te
extraña, extraña lo que fue y no volverá, no te aferres a él, suéltalo.
Deja de escribirle que lo extrañas, que lo quieres, de velar por él.
Deja que otra princesa haga ese trabajo por ti, estas cansada de
hacerlo y fingir que todo está bien si él no quiere estar contigo, que cada vez
sientes más ese dolor en el corazón cuando te cuenta de lo que pasa con la ex-princesa.
Entiende, él ya no quiere sentir algo por ti, se ha puesto una
barrera, no lo leas más.
Se que estas triste y tal vez te sientas sola en este mundo de fantasía
que han creado para ti, pero todo saldrá bien, y me preguntas: ¿qué haces con
todo lo que sientes aún por el príncipe?
Bueno, recuerda bien algo: el tiempo se encargará de cambiar tus
sentimientos, el amor es algo que se cuida y se riega para que crezca, el amor
al arte, el ver cómo crece, eso es un amor verdadero.
El príncipe se ha ido, ha decidido marcharse de tu corazón, ha roto
todo lazo de confianza que los unía, cuando más lo necesitaste se fue, está
feliz en su reino, perdió el interés, etcétera.
Tu misma sabes que algo se rompió, que no te engañe tu corazón, quítate
la venda y ve lo que realmente es, la distancia hará sanar más rápido tu corazón,
suéltalo, déjalo que viva, tan solo tiene 21 años, deja que se encuentre a sí
mismo, que le rompan el corazón, que persiga sus sueños, que vuelva a encontrar
el amor, suéltalo y solo deséale lo mejor, pues él tomo la mejor decisión:
romper la relación antes de que se marchitara por la distancia.
Y si algún día vuelves a ver al príncipe no le guardarás rencor porque
todos estos años lo que hiciste fue cambiar su concepto del “amor de tu vida” a
sólo un “amor de verano”, si en verdad es para ti, la vida se encargará de
unirlos y sino mejor deséale de una vez lo mejor, se lo merece, sólo no te
quedes esperando algo que tal vez nunca llegue.
Ojalá mis palabras te sirvan, ya no llores princesa ya llegará tu príncipe,
sigue tus sueños y tus metas que sé que ya no querías seguirlas por perseguir a
aquel príncipe e irte a su reino, la vida sólo te lo trajo para demostrarte que
el mundo es muy grande y que tienes que conocerlo todo, porque lo que realmente
te llena el alma es salir a descubrirlo.
Escribes muy bien, realmente senti todo pero todo
ResponderEliminarLa vida no es un cuento siempre con feliz final, pues en mi caso, en el viaje aún me encuentro y después de tanto andar se que el mágico reinado no está en ningún lugar.
ResponderEliminarHoy regreso sin princesa y sin tesoros pero sin borrar la ilusión de que algún día los pueda encontrar. Es decir, no se debe de perder la esperanza y no dejar de creer en el mágico reinado que deseamos o soñamos...